Nuestro país tiene una historia riquísima en la Máxima aunque no haya tenido pilotos en los últimos veintitrés años. La llegada de Franco es motivo de satisfacción para los aficionados.
Carlos Alberto Reutemann es la gran referencia de la Fórmula 1 para quienes pasaron los cincuenta años de vida. Crecieron viendo sus hazañas, alegrándose con sus triunfos y llorando con sus derrotas (ninguna más dolorosa que Las Vegas 1981) pero siempre teniendo una sensación de vacío desde el momento en que anunció su retiro en 1982.
Ese hueco no pudo ser llenado ni por Gastón Mazzacane, ni por Norberto Fontana, ni por Esteban Tuero ya que sus capacidades quedaron sometidas a la falta de sponsors que tuvieron que sufrir y que condicionó sus estadías en la Fórmula 1. Ninguno de ellos pudo rescatar ni un solo punto en sus campañas en el Gran Circo ya que el sistema de puntuación era diferente y sus autos eran de los peores de la grilla.
No son los únicos casos ya que José María López debió dedicarse a correr en autos de turismo por la misma razón pese a su gran talento para conducir monoplazas. Su fallido ingreso a la Fórmula 1 en la temporada 2010 por medio de HRT Fórmula 1 Team (anteriormente Campos Meta 1 e Hispania Racing Team) se debió a que el piloto indio Karun Chandhok aportó más dinero. Pechito ni siquiera pudo ser el piloto de pruebas del equipo español.
Franco Colapinto llegó a la Fórmula 1 de una manera un tanto sorpresiva ya que los destrozos ocasionados por Logan Sargeant al Williams FW46 durante las primeras quince carreras de la temporada 2024 colmaron la paciencia de James Vowles y del resto de los responsables del equipo de Grove. Tuvieron que salir a buscar un sustituto y las dos principales contras de Franco eran su falta de experiencia manejando autos de F1 y la escasez de dinero.
Solucionado el tema del aporte económico (aplausos para Bizarrap, Globant y Mercado Libre principalmente) las miradas se posaron sobre su rendimiento ya que Colapinto había participado de los Entrenamientos Libres 1 del Gran Premio de Gran Bretaña y había quedado a sólo cuatro décimas de Alex Albon, el piloto número 1 del equipo. Esa carta de presentación fue suficiente para que Vowles se decidiera por el pibe nacido en Pilar. Y vaya si Franquito respondió a esa confianza…
En apenas tres carreras pudo demostrar gran parte de su potencial. Muy bien en Monza, excelente en Bakú y soportando una exigencia física tremenda en Singapur. Y en los tres casos fue manejando extremadamente bien. Franco tiene algo del Lole que llamó la atención dentro de Williams: su contracción al trabajo. Su jornada no termina cuando se baja del auto sino dos o tres horas después porque se queda revisando datos y telemetría con su ingeniero Gaetan Jego. Es notable la obsesión por mejorar lo que hizo bien y por corregir sus errores. Franco aprende rapidísimo.
Su talento natural y su carisma son una gran carta de presentación para quedarse un buen tiempo en la Fórmula 1. Tiene las condiciones necesarias para seguir creciendo y realizar buenas campañas, de él depende su futuro. Mientras tanto habrá que limitarse a disfrutarlo y a acompañarlo.
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Fotos: gentileza Williams Racing
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