El ente rector del automovilismo mundial quedó nuevamente en el ojo de la tormenta tras su dudosa respuesta para colocar un Virtual Safety Car en la carrera sprint y por no suspender la clasificación antes. Norris achicó la ventaja de Verstappen, quien fue nuevamente sancionado.
Se esperaba una fiesta en Interlagos en un día de mucha acción como lo es cuando se disputa una carrera sprint pero la entidad comandada por Mohammed ben Sulayen volvió a sus viejas andanzas actuando de manera dudosa o al menos poco transparente justo en el momento en que Max Verstappen y Lando Norris están peleando el Campeonato de Constructores punto a punto y donde cualquier hecho levanta todo tipo de sospechas.
Cualquier acción por parte de los pilotos o sanción por parte de la FIA están siendo puestas bajo un potente microscopio por el público en general para saber si las acciones de quienes brindan el espectáculo en pista son pasibles de castigo o si el ente encargado de hacer cumplir el reglamento no actúa para perjudicar a quienes considera sus enemigos para el espectáculo. Y Max Verstappen es el villano número 1 para las huestes de ben Sulayem. ¿Por qué? Porque consideran que un nuevo título del holandés tornaría aburrida a la Fórmula 1 para la gran masa de espectadores que están descubriendo el Gran Circo.
Verstappen tiene todo para ser el nuevo villano de la categoría, un título que en su momento se lo enrostraron a Alain Prost cuando peleaba codo a codo con Ayrton Senna. Es un pecado dentro del periodismo deportivo afirmar que Magic era un piloto por demás áspero y que sacó al Profesor de la pista de manera adrede en Japón 1990 mientras que el francés lo hizo caer en la trampa un año antes en Suzuka. Eso no significa que no amemos a Senna o a Prost sino que no todos los corredores son del todo malos o buenos. Sin dudas que ellos dos protagonizaron el mejor duelo de pilotos de la historia de la Fórmula 1 que se extendió por casi diez años.
En el caso de Max tiene todo lo que un buen villano necesita: es parco, antipático, juega con el reglamento siempre (a veces se excede), es rebelde (cuando la FIA lo multó por usar lenguaje inapropiado hizo sus propias conferencias de prensa) y por sobre todas las cosas maneja como los dioses. Un hermoso combo para que la FIA lo observe bien de cerca y lo castigue sólo por respirar fuerte.
Nadie discute la sanción que recibió el piloto holandés pero así como fue tan rápida y rigurosa la FIA en esa acción también debió haber actuado de ese modo con el Virtual Safety Car tras el abandono de Nico Hülkenberg en lugar de esperar dos giros para hacerlo justo después que los hombres de McLaren intercambiaron sus posiciones para que el ganador sea Lando. A buen entendedor…
Claro que no fue lo único mal que hizo la FIA ya que más tarde estiró innecesariamente el anuncio de la suspensión de la clasificación para el domingo a primera hora (abajo, en el Instagram de Formulamanía, están los nuevos horarios), una situación que se habría podido evitar si hubiese actuado de manera clara y transparente suspendiendo la actividad a las 15:30. El déjà vu que se sintió en ese instante llevó a todos los aficionados al Gran Premio de Bélgica 2021…
El público estuvo cerca de ocho horas en el circuito de Interlagos donde soportó la lluvia durante la mitad de ese tiempo esperando el inicio de una clasificación que nunca estuvo en los planes de Dirección de carrera para realizarse. La manipulación y las mentiras estuvieron a la orden del día (otra vez el recuerdo de Spa-Francorchamps 2021 sobrevoló el ambiente) y los únicos perjudicados fueron los aficionados. Ah, Norris le descontó tres puntos a Verstappen en la lucha por el campeonato.
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Fotos: gentileza McLaren
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